1. La Humanidad y sus grandes situaciones: Tendencias de la actualidad: mundialización y globalización.
2. Proceso de maduración humana: apertura a la trascendencia. Revelación
y fe.
La globalización o mundialización es un proceso económico tecnológico, social y cultural que acapara todo el planeta tiene que ver con el desarrollo avanzado de los instrumentos de comunicación y la independencia entre los diferentes países del mundo que unen los mercados, las sociedades y culturas a través de una serie de transformaciones sociales, políticas y económicas globalizándose todo el hemisferio.
Unos prefieren decir "mundialización", otros "globalización", y con frecuencia estos términos se usan indistintamente. Se ha hecho común el uso de la palabra "globalización", tal vez porque en inglés no es posible encontrar una expresión parecida a la "mundialización". Sin embargo, para muchos las dos palabras tienen significados claramente distintos; una se entiende como la globalización del capital, mientras que la otra tiene que ver con la mundialización de la sociedad.
Todo ello desemboca en el gran drama que vive nuestro mundo: la profundización de la brecha que distancia a los pobres y de los ricos, países industrializados cada vez más opulentos frente a ese ochenta por ciento que constituye la población de los países pobres.
El término "mundialización", es a veces preferido pues quisiéramos ver al conjunto de sociedades como una sola humanidad, en búsqueda del bien común de todos sus miembros.
La globalización es una realidad actual, algo que no se puede evitar que tiene muchas consecuencias en la vida de todas las personas y significa una serie de problemas, no sólo económicos, sino políticos, del ambiente y en el aspecto moral y religioso.
Este último aspecto es el que nos interesa analizar.
En los valores cristianos, tomamos como referencia considerar siempre al ser humano como centro y fin, nunca como un ser marginal, el valor de las personas constituye el origen y el objetivo de la actividad económica.
Este principio afirma y defiende a la persona como fundamento inicio y fin de todo, es uno de los aportes más importantes de los principios sociales de la iglesia.
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El Concilio Vat. II lo asumió y lo explicitó con gran fuerza y claridad. La "GAUDIUM ET SPES" lo expresa así:
“Dios ha destinado la tierra y cuanto ella contiene para uso de todos los hombres y pueblos. En consecuencia, los bienes creados deben llegar a todos en forma equitativa bajo la égida de la justicia y con la compañía de la caridad... Quien se halla en situación de necesidad extrema tiene derecho a tomar de la riqueza ajena lo necesario para sí... El conjunto de instituciones consagrados a la previsión y a la seguridad social pueden contribuir al destino común de los bienes" (G.S. 69).”
Necesitamos recordar entonces, aquel principio de la doctrina cristiana: “los bienes de este mundo están originariamente destinados a todos”.
Una economía justa tiene que ser una economía orientada hacia la satisfacción de las necesidades humanas, lejos de los falsos criterios del consumismo cuyos objetivos se reducen a la obtención de las satisfacciones superfluas, efímeras o suntuarias. El lucro excesivo se realiza muchas veces con la manipulación de las necesidades ajenas y de los más necesitados.
El pueblo debe re-apropiarse de su propia identidad cultural.
Nosotros como cristianos debemos construir un mundo con nuestra propia identidad cristiana, cultural, económica y social.
Conclusiones:
La cultura está en reto con la globalización, no debemos perder la individualidad, entre los países, debemos defender nuestras tradiciones y desarrollar ideas que ayuden a mejorar el entorno para que nuestros hijos crezcan en un mundo con mejores valores cristianos.
Debemos evitar la automatización, ser más humanos, crecer como buenos profesionales, como seres originales sin imitar los principios del capitalismo que forman la globalización.
Los conceptos de globalización, valores, la cultura, los derechos y deberes que se ven ligados de una u otra forma entre si todos se unen, si partimos de la relación que existe entre convivencia y expresiones culturales ya que para convivir necesitamos ser muy tolerantes y respetuosos con los otros y además, cumplir con nuestros deberes.
Iniciando todo cuidando las expresiones culturales ya que para unos individuos puede haber cosas que son correctas pero que para otros que estén mal y que afecten a una comunidad.
El punto está en respetar la diversidad, sea buena o mala contribuyendo a tener una convivencia armoniosa y pacífica.
2. Proceso de maduración humana: apertura a la trascendencia. Revelación y fe.
-Madurez humana.
Madurez cristiana
El siguiente tema nos lleva al proceso de maduración humana como una apertura a la trascendencia, revelación y fe.
Podemos entender la madurez como el estado de un individuo que tiene cierta edad, con experiencia profesional, con suficiente autoridad para hablar sobre diferentes temas, que merece nuestra admiración , si es que esta persona también ha crecido espiritualmente, todavía es más digno de todo nuestro respeto.
La madurez es un proceso dinámico, o sea durante nuestro periodo de vida estamos en un perenne proceso de madurez. Se sabe que el hombre siempre está en este proceso, tratando día a día luchando por
mejorar en todos los aspectos de su vida hasta alcanzar un equilibrio emocional y espiritual.
El concepto madurez a lo largo de la historia de la psicología, evoluciona todo el tiempo, todos los días maduramos, se ha mejorado la definición de este término.
El concepto madurez psicológicamente hablando, evoluciona todo el tiempo, todos los días maduramos. Para entender la madurez, no solo es la integración personal, sino también el equilibrio psicológico, la actitud de afrontar los retos de la vida.
Analizando más este tema, remontándonos a la historia del Psicoanálisis, hay aportaciones sobresalientes.
Sigmond Freud identifica la madurez como “la capacidad de amar y trabajar en libertad, de resolver conflictos internos (inconscientes), que impidan amar y paralizan o dificultan toda capacidad productiva”.
C. G. Jung describe el proceso de maduración como “el proceso de confrontación con el propio inconsciente personal y con el inconsciente colectivo, con el fin de alcanzar la integración personal que aporte identidad y armonía profunda al individuo”.
E. Fromm dice: “es la capacidad de amar, de ser libres, de tener una escala de valores, una ética”.
Este aporte fundamental de las corrientes psicoanalistas se denominan como: “un proceso de integración de las distintas dimensiones de la personalidad, conscientes e inconscientes, en un equilibrio no siempre plenamente conseguido”.
La psicología evolutiva pone sus esfuerzos a contar cada una de las edades del desarrollo del hombre hasta llegar a la madurez.
Se divide en niveles este proceso de madurez pone énfasis en las capacidades y habilidades que alcanza el hombre para alcanzar cada uno de sus retos.
En la psicología evolutiva, la madurez es la capacidad de afrontar cada uno de los retos que se presentan hombreen su vida, acorde a su edad y a su actitud personal. Se precisan cada uno de los niveles que debe alcanzar el hombre en su desarrollo, para vencer obstáculos.
Los doctores psicoanalistas que se destacan en esta rama del a Psicología son:
Gessell, J. Piaget, Vigotski realizaron enormes contribuciones, pero, la contribución más interesante en lo que a la madurez se refiere, es la realizada por Erikson: “el entendimiento de la vida entendida como dinámico”, dice él: “que a lo largo de la vida, el hombre, en su diálogo con la realidad, se encuentra enfrentado a ocho grandes retos de crecimiento”.
1. Confianza básica-desconfianza básica
2. Autonomía-vergüenza y duda
3. Iniciativa-culpa
4. Industriosidad-inferioridad
5. Identidad-confusión de identidad
6. Intimidad-aislamiento
7. Generatividad-estancamiento
8. Integridad-desesperación
Psicología Humanista
La psicología humanista, es la que realiza el intento de recoger las aportaciones del psicoanálisis y de la psicología experimental.
Define la madurez desde el punto de vista del crecimiento personal, la motivación y la autoestima. El principal aporte es de Abraham Maslow quien defiende el hecho de que además de las motivaciones básicas, que se caracterizan por su capacidad de ser recreadas, existen otras que define como motivaciones superiores, que son específicas de la especie humana y se caracterizan por su capacidad de retroalimentación: se desarrollan por los sentidos.
La madurez para la integración personal
1) la madurez tiene un carácter dinámico, que ya no se entiende como un una fase de la vida (la edad adulta), sino que es un proceso que se hace presente de formas distintas a lo largo de cada una de sus etapas.
2) Es el equilibrio alcanzado en cada momento de la existencia entre las distintas dimensiones de la personalidad
3) Este equilibrio se genera en el diálogo y la comunicación con los otros
4) los retos sociales no son iguales en cada una de las edades de la vida, sino que existe una progresión
5) al lograr el equilibrio y la madurez tiene que ver con la autoestima
6) y al final a llegar a la madurez en cada una de las etapas, tiene también un carácter dinámico, al ser motor de crecimiento y de cambio en la personalidad del sujeto del hombre.
Madurez humana y madurez religiosa
«La gracia no suple a la naturaleza».
La gloria de Dios es que el hombre viva, y que lo haga de una forma plenamente humana, desarrollando en plenitud todas sus potencialidades humanas, que le hacen ser a imagen del Creador (Gén 1,27), hombre nuevo a imagen de Cristo (Rom 8,29).
Pero este crecimiento humano lleva emparejada la conciencia de la limitación humana, de la propia finitud, que abre al hombre a la búsqueda de la trascendencia, haciendo realidad las palabras de san Agustín: «No te buscaría si no te hubiera ya encontrado».
Me pareció citar esta definición textual porque encierra en sus palabras exactamente el verdadero sentido de lo que conlleva la madurez religiosa.
¿Puede una persona joven en edad tener madurez religiosa?
Esta pregunta la lanzo porque se me viene a la mente, el hecho de que cuantas personas maduras en edad con muchas canas y muy buena preparación profesional no son capaces de llegar a un equilibrio de sus emociones, no dominan sus pensamientos negativos, no tienen
fe.
Niegan la existencia de en un ser supremo que nos cuida y protege, que es nuestro padre celestial Jesús, que ofreció su vida a cambio de salvarnos para que todos compartamos con él la vida eterna.
Hay jóvenes maduros, con una fuerte convicción religiosa, que mantienen su equilibrio de emociones y sentimientos, creen en Cristo y cumplen con los mandamientos de la Ley de Dios.
Vemos muchos señores maduros en las iglesias, rezando y aparentando tener piedad y en sus empresas y lugares de trabajo no tienen la menor tolerancia con sus semejantes.
Por eso no es la edad la que define la madurez humana y la religiosa, es la capacidad de amar al prójimo como a ti mismo lo que define si estás listo para recibir la palabra de Dios e iniciar la trascedencia a mejorar nuestra vida espiritual.
La madurez cristiana es nuestro encuentro con Cristo, la capacidad de aceptar nuestra fé católica, cumplir los mandamientos y sobre todo tolerar a nuestros hermanos y amar al prójimo como a ti mismo.
El amor a Cristo es un nivel sublime del estado espiritual.