domingo, 19 de abril de 2015
TEMA 4 LA TRASCENDENCIA DE (LA PRIMITIVA COMUNIDAD CRISTIANA: LAS PRIMERAS COMUNIDADES)
Al principio, las primeras comunidades, no lograron alcanzar plenamente una vida ideal.Su vida debía seguir siempre el ideal de la Iglesia.
En los Hechos de los Apóstoles, la vida de la primera comunidad se agrupa en tres apartados:
a)En el interior de la comunidad: la comunidad.
b) En su relación con Dios: la oración, los ritos y las celebraciones.
c) En su actividad hacia fuera: la misión.
a) En el interior de una comunidad: la comunión. «Comunión» significa «común-unión», unión de todos, se consigue con la fe en Jesús, se sienten hermanos.
Vivían unidos como auténticos , compartiendo sus bienes con los que lo necesitaban, reunidos en torno a los apóstoles que eran el sustento de la comunidad. Recibían las enseñanzas y las noticias sobre la vida de Jesús, de los apóstoles.
Se alimentaban con su predicación y así iban creciendo en la fe y en la unión. La gente al verlos decía: «Mirad como se aman».
b) En su relación con Dios: la oración, los ritos y las celebraciones. La oración era una actividad cotidiana y frecuente entre los primeros cristianos. Las realizaban en el templo, en Jerusalén o en sus casas (las Iglesias todavía no existían).
También oraban en ocasiones especiales, cuando tenían que tomar una decisión importante o algún hermano estaba en peligro, pero estas oraciones frecuentemente iban acompañadas con algún rito. Entre los ritos y celebraciones, los primeros cristianos practicaron sobre todo la «fracción del pan», que es el nombre que se le da a la eucaristía y que se celebraba en las casa siguiendo el mandato de Jesús.
También aparece el bautismo como rito de entrada en la comunidad y la imposición de las manos para la transmisión del Espíritu Santo o para algún encargo especial de la comunidad. c) En su actividad hacia fuera: la misión.
Los cristianos de las primeras comunidades eran conscientes de que el evangelio era una buena noticia y había que predicarla.
Y por eso no solo los apóstoles, (aunque especialmente ellos) se dedicaban a predicar y anunciar el evangelio, se dedicaban todos los que creían en Jesús. Al principio se dirigían a los judíos, pero después, iniciaron una misión hacia los demás pueblos cercanos. ¿Cómo se organizaron? Al principio todas las responsabilidades y servicios dentro de la comunidad correspondían directamente a los apóstoles.
Cuando las comunidades crecen y se multiplican, los apóstoles no pueden encargarse de todo y nombran a personas para que asuman de determinados servicios. Para nombrar a estos “encargados” se realizaba el rito de la imposición de las manos. A estos servicios se le llamo «ministerios» palabra latina que significa: servicios. Los dos principales servicios eran: El ministerio de la Palabra, de la predicación de evangelio y de la vigilancia de que el evangelio predicado era el de Jesús. El ministerio de presidir la comunidad y de servirla en sus necesidades espirituales y materiales.
Además de estos dos ministerios, también existen otros que van surgiendo según lo van pidiendo las circunstancias, (encargados de las colectas, enviados especiales, profetas, doctores, etc.) En la Iglesia primitiva hubo numerosos ministerios que eran diferentes en cada comunidad. Al final del siglo I se van definiendo 3 ministerios más estructurados en las comunidades: el obispo, los presbíteros y los diáconos.
Todos estos servicios tienen un ideal en la conducta de Jesús con los discípulos: toda la autoridad de la Iglesia es un servicio a la comunidad. Fueron aquellas comunidades las que conservaron como un rico tesoro innumerables palabras de Jesús y las interpretaron y las hicieron vida según la realidad que a cada comunidad le tocó vivir en aquellas experiencias originarias del cristianismo. Vivieron en uno solo el mandamiento del amor, que dijo el Maestro que “pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo” (Hch 10,38), y que sería en adelante el distintivo por el que los de fuera podrían conocer a los discípulos: “En esto conocerán que sois mis discípulos, en que os amáis unos a otros” (Jn 13,34).
Conclusion: Estas comunidades cristianas nos enseñan como vivir bajo los preceptos criastianos unidos por el amor y la fe en Jesus de Nazareth, que todo lo dio por nosotros, sacrifico su vida para borrar el pecado universal, para que todos nos encontremos nuevamente, porque hay una vida después de la muerte, la vida eterna que Jesús nos prometió si vivíamos en nuestras vidas bajos los mismos preceptos que vivieron esas comunidades cristianas primitivas.
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